jueves, septiembre 04, 2008

Desde Mexico - trenes de Argentina

Los incidentes, ocurridos en Merlo y Castelar, comenzaron cuando una falla obligó a detener los trenes, tras lo cual, grupos de pasajeros aventaron piedras contra oficinas de la estación y comercios.

DPA
Publicado: 04/09/2008 16:03

Buenos Aires. Pasajeros indignados por las demoras en el servicio de ferrocarril de la denominada línea Sarmiento incendiaron vagones y provocaron violentos disturbios en las localidades de Merlo y Castelar, en el oeste del Gran Buenos Aires, que según el gobierno fueron provocados por "infiltrados".

Los desmanes comenzaron en Castelar, cuando un grupo de pasajeros furiosos por un desperfecto técnico que obligó a detener la formación que había partido de la localidad de Moreno (unos 40 kilómetros al oeste de la capital) con destino al barrio porteño de Once, comenzaron a apedrear las oficinas de la estación y comercios del lugar.

Los manifestantes ocuparon las vías y lanzaron piedras, hasta que fueron reprimidos por la policía y tropas de la Infantería, que lanzó gases lacrimógenos y gas pimienta para evacuar el lugar. Hubo al menos siete detenidos.

Los disturbios llevaron a la empresa concesionaria de la línea, Trenes de Buenos Aires (TBA), a interrumpir el servicio, lo que generó nuevos episodios de violencia en la estación de Merlo, donde se detuvo otro tren. Un grupo de revoltosos quemó varios vagones.

El ministro del Interior, Florencio Randazzo, sostuvo que "hubo infiltrados en los hechos de violencia" y nombró al Partido Obrero y la agrupación Quebracho como algunos de los grupos que participaron en las grescas.

En tanto, el jefe de la policía de la provincia de Buenos Aires, superintendente Daniel Salcedo, consideró que los disturbios fueron incitados.

"Lo que sucedió fue una cuestión armada, no puede ser una reacción espontánea de la gente. Eran grupos violentos que actuaron organizados. Los pasajeros fueron víctimas inocentes de algo armado", aseguró Salcedo en declaraciones a la agencia estatal Télam.

El portavoz de la compañía TBA, Gustavo Gago, lamentó la conducta de la gente pero admitió problemas en el servicio. "No podemos satisfacer la creciente demanda que hay en la zona oeste de pasajeros en la hora pico, el servicio está saturado, y esto lo venimos diciendo desde hace mucho tiempo", señaló el vocero.

"No podemos incrementar las frecuencias de trenes por el sistema de barreras. Estamos en un nudo que se hace difícil en la continuidad de la prestación del servicio", advirtió.

El ministro del Interior admitió en tanto la necesidad de que "el servicio mejore". "Este gobierno cree en el servicio público de pasajeros", aseguró.

La línea de tren suburbano Sarmiento -el nombre que llevaba antes de su privatización- transporta unos 370 mil pasajeros por día, más de 9.5 millones por mes, que viajan en condiciones de hacinamiento por la falta de formaciones suficientes.

El ramal tiene 36 kilómetros de extensión y abarca el sector oeste de la Capital Federal y diez municipios del Gran Buenos Aires. La compañía recibe millonarios subsidios mensuales, que sólo en el mes de junio alcanzaron los 12 millones de pesos (poco menos de cuatro millones de dólares), para mantener bajas las tarifas de los boletos, que rondan entre los 0,30 y menos de un dólar.

El defensor del Pueblo de la Nación, Eduardo Mondino, advirtió que "el sistema ferroviario ha colapsado" y que esa situación se agudizó "en los últimos años porque las obras no se hicieron".

El funcionario puntualizó que en lo que va del año el Estado ya invirtió "mil 570 millones de pesos (515 millones de dólares) de subsidios para congelar tarifas". "Si alguien cree que se va a arreglar el transporte público mientras esté (el secretario de Transporte, Ricardo) Jaime, estamos fritos. Este gobierno ha tenido aciertos, pero en esta materia ha sido un verdadero mamarracho", aseguró el defensor del Pueblo.

Desde la opositora Coalición Cívica también cargaron contra Jaime, la empresa concesionaria y el gobierno por la falta de controles y su multimillonario proyecto ya licitado para construir un tren bala entre Buenos Aires y Rosario pese a que la red ferroviaria común está desmantelada o en malas condiciones.

La dirigente de Coalición Cívica (CC) Margarita Stolbizer denunció "el sistema de corrupción en base a los subsidios a los privados, que forma parte de la estructura de poder del kirchnerismo" y denigran los servicios públicos.

La soja la ligó

Por Alfredo Zaiat

Casi en la medianoche de ayer se emitió el programa La Liga en el canal Telefé. El título de la producción no fue nada pretencioso, pero lo suficientemente potente por su significado: “Soja”. El rating que se conoció a las horas siguientes informó que alcanzó los 11,9 puntos, o sea más o menos 1,2 millón de personas miraron, escucharon y probablemente se estremecieron con esa investigación periodística. Más que un punto más o un punto menos que obsesiona al mundo de la televisión abierta, la relevancia de la producción que Cuatro Cabezas puso al aire se encuentra en que fue la primera que rompió el cerco de la desinformación periodística en los espacios de difusión privada, masiva y popular. Durante cuatro meses los dirigentes del sector del campo privilegiado, acompañados de un coro afinado de voceros, se presentaron como los forjadores de la patria y perjudicados por una tibia y necesaria intervención del Estado en la economía vía el mecanismo de Derechos de Exportación móviles a cuatro cultivos clave. Con la invalorable colaboración del silencio, la complicidad y la ausencia de repreguntas de sujetos sociales que debían interpelarlos y legislar, los cuatro Quijotes de la restauración conservadora con su escudero mediático tuvieron éxito en su misión. Ahora están lanzados otra vez a las rutas a una nueva aventura aunque con otro objetivo aún inconfesable. Esto exige entonces visibilizar lo oculto de este conflicto, tarea que el programa La Liga hizo tan comprensible y accesible con testimonios contundentes de productores, trabajadores y habitantes de pueblos agropecuarios en el corazón de la rebelión de la burguesía agraria, en Entre Ríos y Santiago del Estero. Las voces de esos protagonistas fueron esclarecedoras:

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Tomado de www.pagina12.com.ar

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Argentina: Reconstruir el Sistema Ferroviario

Por Elena Luz González Bazán
Estos últimos años, mucho se habla del ferrocarril, del mal funcionamiento de los trenes suburbanos, de la falta de ferrocarril en el interior, pero eso, por supuesto, es una voz que se eleva desde las provincias, porque desde Buenos Aires las voces son pocas y opacas.

El tren en Buenos Aires y el conurbano funciona, pero muy mal, por ello, muchos sostienen que debe mejorar el ferrocarril y brindar un servicio superior. Aunque pocos ponen en discusión y se interrogan si así debe continuar este ferrocarril actual.

Estas son las voces, en general, salvo honrosas excepciones, porque incluidos los trabajadores actuales de las concesionarias, casi nada dicen sobre el Sistema Ferroviario Nacional, que alguna vez supimos tener.

La Argentina se caracterizó por tener un SISTEMA INTEGRADO DE TRANSPORTE FERROVIARIO, INDUSTRIAS Y COMUNICACIONES, único en el mundo. Este sistema existió a partir de la nacionalización de las 17 líneas ferroviarias de ingleses, franceses y las estatales.

Luego de largos debates, entrecruces de objetivos y propuestas, los ferrocarriles fueron nacionalizados por el entonces presidente de nuestro país: Juan Domingo Perón, era febrero de 1948, hacía apenas dos años había sido ungido presidente por el voto popular.

Aquellos días de febrero y marzo de aquel año, los ferroviarios y la familia ferroviaria festejaron la nacionalización, tal lo cuenta, relata y lo entrega como parte de la historia nacional, Juan Carlos Cena en su libro El Guardapalabras, memoria de un ferroviario.

Por esto, pasemos a des estructurar lo que fue el Sistema Ferroviario.

Sistema: según el diccionario de la Real Academia de la Lengua dice: Conjunto ordenado de ideas científicas o filosóficas. Conjunto ordenado de normas y procedimientos acerca de determinada materia. Conjunto de elementos interrelacionados, entre los que existe una cierta cohesión y unidad de propósitos. Conjunto de diversos órganos de diversa naturaleza.

En este caso: Unidad de un conjunto de diferentes modos ferroviarios.

Integrado: Dicese de un aparato que reúne en una sola pieza una serie de otros aparatos que podrían existir independientemente unos de otros. Dicese de una empresa que abarca varios campos de producción de un bien o de un servicio.

En este caso: la integración del transporte ferroviario, industrias y comunicaciones.

Entendiendo esto, podemos agregar que aquel Sistema Ferroviario que se conformó, independientemente de la voluntad de la nacionalización, por la dinámica de los ferrocarriles, tardó años en unificar los distintos aspectos que tenían que ver con inventario unificado de materiales, herramientas, coches, vagones y locomotoras, que llevó una tarea denodada conjugar en una sola empresa ferrocarrilera centralizada y descentralizada en su operatividad. Que aquella empresa nacional tenía cuarenta policlínicos. 37 talleres industriales, sólo nombrar algunos prestigiados por su labor e historia como los de Tafí Viejo en la provincia de Tucumán, Talleres Pérez en Rosario, provincia de Santa Fe; Talleres Liniers en la Capital Federal; Remedios de Escalada, Bahía Blanca, La Plata, la provincia de Buenos Aires y Talleres Córdoba en nuestra provincia mediterránea.

Talleres industriales que cobijaron la existencia de miles de obreros y operarios, trabajadores ferroviarios, una sirena que marcaba la rutina mañanera, la familia ferroviaria se guiaba por su sonido, sus barriadas se organizaban con su sonar diario en diferentes horarios.

A los talleres se añadieron los almacenes de materiales y herramientas, los depósitos de locomotoras diesel y a vapor y un entramado ferroviario que fue sumándose a la red ferroviaria ideada por los ingleses y franceses, en menor medida, y por el ferrocarril nacional que unió 14 provincias argentinas.

Ese Sistema Ferroviario llevó agua a los pueblos sedientos, combatió las plagas como la langosta. Los trenes sanitarios combatieron las pestes que inundaban las poblaciones del interior, como el mal de Chagas. En la actualidad hay 4 millones de chagásicos.

La llegada del tren trajo salud a las zonas rurales, transportó solidaridad a través del servicio médico ferroviario imponiendo por primera vez los primeros auxilios y la medicina preventiva, distribuyendo remedios, las mercancías, las proteínas y calorías que modificaron las expectativas de vida.

Todo esto se quebró cuando los ferrocarriles fueron desguazados, más de 85.000 trabajadores expulsados y todo el sistema ferroviario destruido, arrasado y descuartizado.

Dos redes ferroviarias distintas: la inglesa y francesa coniferal, todas desembocaban en el puerto de Buenos Aires.

La segunda red, la de los Ferrocarriles del Estado, a partir del inicio del siglo XX, uniendo las provincias, las regiones donde no estaban los ingleses, con un entramado hacia la profunda Argentina.

Todo esto fue lo que pasó a conformar ese Sistema Integrado, además porque las comunicaciones fueron patrimonio del ferrocarril, conectó por primera vez a los pueblos, integrándolos entre ellos.

Este Sistema Ferroviario, el que fue un servicio público, el que daba un millón de pesos diarios de pérdida, hoy, sin los 47.000 kilómetros de vías que supo extender y tender, apenas con 6.000 kilómetros actuales, se lleva la friolera de tres millones de dólares actuales diarios de pérdida.

Subsidios millonarios a las concesionarias y sin necesidad de inventario, porque el Sistema Ferroviario fue desguazado, demolido y saqueado.

La pregunta que muchos se hacen es si es posible reconstruir el ferrocarril. Sí, claro que se puede, pero eso se logra con la reconstrucción del Sistema Ferroviario, ese Sistema debe volver a tener sus talleres, depósitos, almacenes. A este Sistema se debe sumar los trenes aguateros, los trenes sanitarios. Debemos reinstalar los trenes que llevaban salud, las vacunas, los remedios y la esperanza de vida.

Debemos colocar los trenes cargueros que recojan la producción de los pueblos del interior, llevando y transportando la producción agrícola ganadera de los pequeños y medianos productores de las provincias argentinas, de las fábricas de la Argentina recóndita. Porque la mercancía no toma valor si no interviene el transporte.

El Estado nacional debe proporcionar el mejor medio de transporte: en este caso el Ferrocarril, el que menos contamina, el más seguro, el que se paga cada metro, cada kilómetro de vías, cada locomotora y todo su mantenimiento, que le ofrece a la población, como fue, un servicio público económico, eficaz. Que llegó a desarrollar 120 kilómetros por hora cuando transportaba pasajeros y 55 kilómetros por hora para carga.

En la actualidad no desarrolla ni 30 kilómetros por hora para pasajeros y apenas 10 kilómetros por hora para carga.

El Sistema Ferroviario nunca tuvo inconvenientes con humo, ahumados y otros. El Sistema Ferroviario que retratamos era Estatal, como debe ser en la actualidad, como es en todos los países desarrollados actuales. Monopólico, centralizado, donde la corrupción sea desterrada, donde su operatividad sea descentralizada. Con este modelo ferroviario se podrá planificar, organizar y llevar adelante un Sistema Ferroviario que haga revivir los 870 pueblos que hoy son fantasmas, donde las almas divagan sin rumbo, donde las poblaciones han quedado entumecidas porque hay muchos ancianos solos y los jóvenes han emigrado, o bien ya no hay ni cien habitantes. Esos pueblos han perdido su lugar en el mundo. Sus cementerios esperan que regresen sus seres queridos para que vuelvan a florecer sus recuerdos, sus rezos y sus historias.

Para que el Sistema Ferroviario sea reconstruido se necesita de una verdadera voluntad política, de un gobierno que tenga vocación de devolver al país su Sistema Ferroviario. Esto sólo puede ser llevado adelante con aquellos que jubilados en su gran mayoría tienen la sabiduría acumulada de más de 150 años de ferrocarriles en nuestro país. Los técnicos que construyeron locomotoras, vagones, coches y tanto más, los que conocen como poner en funcionamiento el Sistema Ferroviario, esa Unidad de conjunto de los modos ferroviarios.

El ferrocarril, su recuperación no es una consigna, los controles deben existir, pero el Sistema Ferroviario es un complejo y entramado donde hay planificación, organización y operatividad del servicio, todo esto requiere de conocimientos aquilatados y atesorados por una sabiduría trasmitida por generaciones.

Enseñanza – aprendizaje colectivo fue una norma ética de vida que también debe ser rescatada por esta reconstrucción necesaria.

El Ferrocarril es una cuestión nacional, en el 60º aniversario de su nacionalización.

Tomado de www.ARGENPRESS.info