sábado, marzo 28, 2009

Me gusta este programa, así que si tienen tiempo...

6 7 8:00 o simplemente 678 (Seis en el siete a las ocho), es el nuevo programa de resumen de medios que comenzó a emitirse desde hoy por Canal 7.

El programa es conducido por Maria Julia Oliván y los periodistas Orlando Barone, Carla Czudnowsky, Cabito Masa Alcántara y Luciano Galande.

Maria Julia Olivan

Es la primera experiencia de Diego Gvirtz (Pensado para televisión) como productor de un programa que saldrá por la televisión pública.

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Hemos visto la emisión de esta noche y nos gustó.

Convengamos que la invitación a ver un nuevo resumen de medios no era muy atractiva: Hay demasiados ya. Pero… claro, todo está en cómo se lo enfoque. Y el enfoque que se le dio a 678, al menos en su primer programa… promete.

En este blog hemos criticado sin piedad a TVR y a Zapping; es decir, a Diego Gvirtz y a Mario Pergolini. Y varias veces.

Al primero, porque muchas emisiones de TVR fueron burdamente sesgadas a favor de un sector o, en algunos casos, en contra de ciertos personajes, incluso hasta por cuestiones personales. Y al segundo, porque con las posibilidades que le daba la inteligencia, las desperdiciaba en inútiles críticas a Tinelli y –de paso- se colgaba del rating de Showmatch. Gvirtz, con su entuerto con Gianola, por ejemplo, desvalorizaba TVR. Y Pergolini, por su parte, criticaba el desfile de culos en Showmatch… pasando los mismos culos.

En fin, tanto Zapping como TVR… nos entretienen, los vemos, pero los criticamos muchas veces.

En cuanto a los formatos diarios del mismo tenor, RSM y Bendita, también los vemos. Nos divierten. Y de última, ese propósito –el de entretenerse y nada más- no está mal. Pero RSM también se ha prestado a ese juego de bajar línea y, francamente, nos cansó un poco. Si el canal es en parte de Francisco de Narváez, hermano… al menos que no se note.

En 678 la bajada de línea, para decirlo de un modo llano, parece que viene para otro lado. Parece que viene para el lado de poner al descubierto las miserias más miserables de la televisión argentina, como son, por ejemplo, las de poner toda la infraestructura de poderosos medios a favor de una causa de intereses particulares (generalmente poderosos); o de un partido político; o de hacer oposición cerril con métodos tan bajos como la mentira lisa y llana o el manejo de la información de una manera muy sesgada. Demasiado sesgada.

En 678 el sesgo parece que va para otro lado: para el lado de demostrar cuán miserable puede ser la televisión cuando se pone al servicio de intereses económicos muy poderosos y cuando no se miden las consecuencias que las campañas mediáticas pueden tener sobre la población.

En las últimas semanas por ejemplo, la utilización de un tema tan difícil para tratar como es la Seguridad Pública, fue hecha por los medios con una metodología que, si bien para los que sabemos de qué se trata la cosa nos resbala, no dejó de producir una angustia en la población que nada, absolutamente nada lo justificaba. Excepto, claro, que se tenga por justificación el propósito de sembrar el terror en la población para que ésta, finalmente hartada, alcance a clamar: ¡Basta! ¡Así no se puede vivir! Pavada de objetivo.

No podemos callar. Fue demasiado evidente y fue demasiado burdo. El desfile de personajes opinando de lo que no deberían opinar porque no tienen capacidad para hablar de esos temas (y con el agravante de poseer alguna influencia en la población dado su carácter de personas públicas), ese desfile, decía, fue muy triste. Patético.

La irresponsabilidad de los medios de comunicación en nuestro país ya no tiene límites. Han llegado al colmo de los colmos. Se han convertido en auténticas máquinas de mentir. Y en algunos casos, en auténticas cloacas.

Aprovechándose de nuestra necesidad de entretenernos con poco, que es la posibilidad que nos da la televisión a quienes nos ganamos el pan con laburos corrientes, los medios tiraron mierda a más no poder durante estas dos últimas semanas. Y eso ha provocado –deliberadamente por parte de quienes lo provocaron- angustia colectiva, terror, pánico.

El propósito político de tales campañas es muy evidente y a quienes tenemos el dni ajado en nada nos afecta, excepto por la molestia de tener que hacer zapping con más frecuencia que lo habitual para escapar de la salpicadura que nos viene del tiramerdi. Pero, como bien dice Mirtha Legrand, el público se renueva, y la máquina de provocar angustias desde las pantallas de televisión funciona para un gran público.

678 pretende apuntar la crítica del medio hacia ese lado. Es decir, apunta a esclarecer. Veremos si lo logra. Veremos hasta dónde llega. Lo que hemos visto esta noche nos gustó.

Es que estamos en un momento crítico del mundo y del país en el cual ya no podemos callar lo que en tiempos normales callamos por mera educación. Y entonces tenemos que decir las cosas como son: la tele está plagada de personajes aviesos. Perversos por ignorantes, por vulgares, por chabacanos, por hipócritas, por chantas, por ventajeros, por mala leche, por mala gente. Y creo que llegó la hora de dejar de ser piadosos con ellos.

Escribiré con franqueza: lo de Susana y lo de Tinelli esta semana pasada con el tema de la Seguridad Pública fue escandalosamente obsceno.

Por años les hemos abierto las puertas de nuestras casas para que entren en ella a través de la pantalla de televisión. Y les perdonamos todas porque nos entretenían; les permitimos algunas licencias poéticas (digámoslo así) porque con poco la pasábamos bien. Hicimos la vista gorda durante años porque algo nos daban. Reír, asombrarnos, aplaudir, contemplar, admirar. Nos daban y nos dan eso: entretenimiento. El mínimo de entretenimiento que podemos tomar el pueblo.

Pero, si se meten con nuestros sueños, metiendo en nuestra casa una angustia que no necesitamos, les vamos a tener que cerrar las puertas. No jodan con nuestros sueños. No jodan con nuestras esperanzas. No jodan con nuestra salud espiritual. Ocúpense de lo que saben hacer mejor: entretener.

Esta noche, en 678, se ha desnudado a algunos de esos personajes perversos de la televisión. Y se ha mostrado el mecanismo por el cual “los medios dicen y la gente repite”. Si ése es el propósito del programa, bienvenido sea. Veremos hasta dónde llega. Después de todo, el productor tiene más huevos en la canasta del 13 que en la televisión pública. Esta noche en 678 se le dio a Susana, con su patético el que mata tiene que morir, pero no se le dio a Tinelli con su más patético salís a la calle y te matan. ¿Le tocará mañana?

Mañana te digo.

Tomado de La revista del perro cholulo