martes, noviembre 18, 2008

Para vos que pedis que se baje la edad de imputabilidad.

El asesinato del ingeniero Barrenechea

Correo Electrónico

Brian es un alumno de la ESB N º 141 de La Matanza que funciona en el edificio de la EPB N º 162.
Yo trabajo en esa escuela y lo conozco tanto a él como a sus hermanos.
Como docentes del establecimiento estamos dolidos por su detención, porque lo conocemos lo bastante como para no creer en la veracidad de esta imputación, y como para salir a brindar un testimonio positivo sobre todo lo que un docente puede apreciar durante los años de haber compartido una parte considerable de sus días.
El único fin de este e mail es dar a conocer la otra cara de esta situación, para que la justicia trabaje, al menos una vez, en serio, que evite arruinar la vida de un menor innecesariamente, y que no se realicen mas detenciones al voleo porque de eso nuestro país ya tuvo bastante.
Si a Barrenechea lo mató la sensación de inseguridad, a Brian lo está matando el sistema punitivo.
Cuando la brecha entre la justicia y la injusticia se reduce a una cuestión semántica
A través de un largo tiempo de estudios superiores en cuestiones criminales he podido observar que el sistema punitivo, con una frecuencia del todo lamentable, echa manos a recursos non sanctos para sostener una apariencia de justicia.
Es así que cuando ocurre algún crimen sangriento que impulsa a la protesta social, el sistema punitivo, ante los clamores de justicia, sale a buscar a un asesino. Y en este buscar a un asesino es donde subyace la cuestión semántica.
Lo que exigimos, como pueblo, a nuestros gobernantes es que se encuentre al asesino. Sin embargo, el sistema, presionado por los medios de comunicación, lo resuelve encontrando “a un asesino”, y no “al asesino”.
Es claro que ante una mirada superficial y genérica de la cuestión, este detalle aparece imperceptible. Pero si se profundiza, es sencillamente aterrador.
Así es que, en los últimos días, a causa del asesinato del ingeniero Barrenechea, y la consecuente presión popular y mediática, el Estado se hizo presente, allanó el barrio “Puerta de Hierro”, y se llevó “a un asesino”.
No puedo explicar mi consternación, y la de otros compañeros docentes, al enterarnos que “el asesino”, como han dado en llamarlo los medios (ignorando la cuota semántica), es un alumno de nuestra escuela, y hermano de otros alumnos de nuestra escuela. Un alumno inteligente, capaz, eficiente, confiable, que no ha exteriorizado ni más ni menos problemas de conducta que las travesuras propias y generales de su edad. Un alumno que ha transcurrido su historia educativa en un establecimiento y del cual los docentes tenemos un excelente concepto.
No existen palabras para expresar nuestra indignación y tristeza, porque no desconocemos como funcionan los sistemas en nuestro país, y porque sabemos que Brian goza de los atributos necesarios para ser estigmatizado, porque vive en una villa, porque es pobre, porque su piel no es tan blanca. Y porque sabemos que nadie está supervisando las pericias que posiblemente sirvieran para incriminarlo porque la familia no dispone de los medios económicos necesarios.
Y más aún. Esta acusación absurda no podrá ser sostenida eternamente, pero si se la puede entretener durante los tres o cuatro años necesarios para llegar al juicio oral. Y entonces, del mismo modo que cuando dijeron que se llevaron al asesino, en realidad se llevaron a un niño al que etiquetaron como asesino, nos devolverán a la sociedad, un Brain que ya no será el Brian que se llevaron y que nunca jamás podrá volver a resolver los problemas y superar los obstáculos con su amplia sonrisa y su mirada franca.
Desde cualquier postura, sea garantista, abolicionista, o represiva, todos coincidimos en que debe detenerse al asesino y no inventar un asesino para calmar clamores. Porque si a Barreneche lo mató la sensación de inseguridad, a Brian lo convirtió en asesino la justicia.
Es mi deseo que nuestro sistema punitivo se ilumine, disponga la inmediata libertad de Brian, y comience a trabajar con seriedad y responsabilidad de una vez por todas.


Dra. Nelly Edith Baldano
Docente EGB 162 La Matanza
Abogada CAM to VII fo 80- CPACF to 41 fo 738
Licenciada en Sociología

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